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Hoy en día, las suculentas parecen ser la nueva planta imprescindible en los hogares de todos. Con tantas variedades de formas, tamaños y colores diferentes, estas pequeñas plantas ofrecen esperanza a cualquiera que no haya heredado un talento especial para la jardinería. Si bien son estéticamente agradables (y honestamente adorables por naturaleza), las suculentas requieren muy poco cuidado y pueden arreglárselas con menos agua y luz solar que las tradicionales plantas de interior. A su vez, esta mayor vida útil permite que los padres de las suculentas sean un poco más creativos con las macetas que sus suculentas llaman hogar.
Es posible que hayas visto las macetas de vidrio o cerámica básicas para suculentas en tu centro de jardinería local o incluso en la caja del supermercado. Estas macetas tienen un diseño limitado y, sinceramente, se ven prácticamente iguales en casi cualquier lugar al que vayas. Sin embargo, una de las muchas alegrías de cuidar una colección de suculentas es la creatividad que puedes ejercitar con sus macetas.
Casi cualquier cosa puede ser una maceta suculenta, incluidas, entre otras, las siguientes ideas únicas:
Aunque muchos de los elementos mencionados anteriormente pueden parecer comunes, son las suculentas en sí las que realmente realzan su estética. ¿Utiliza un frasco de vidrio? Elija una variedad de suculentas de un verde vibrante para que realmente destaquen a través del vidrio. ¿Utiliza una taza?
Elige una suculenta con colores complementarios al color de la taza para crear un bonito contraste. Incluso puedes utilizar una botella de vino vieja cortada por la mitad para albergar tu planta suculenta. Para ello, puedes optar por albergar una suculenta con enredaderas más largas que se desborden del frasco y se extiendan por los lados del vidrio tintado. El macramé, las cuerdas y el cordel también son buenos complementos para una maceta para suculentas, y es posible que también puedas encontrar estos elementos en tu casa o en el patio trasero.
En verdad, la combinación de maceta y suculenta que elijas es realmente un reflejo de tu propia creatividad, individualidad e ingenio. Antes de tirar o reciclar algo que creías que no podrías volver a usar, échale un segundo vistazo y ve si puedes incorporarlo a tu jardín de suculentas. Una vez que hayas elegido tu propia maceta exclusiva para tu suculenta, puedes colocarla en la encimera de la cocina, en la esquina de un escritorio, en el alféizar de una ventana, en un estante, en el balcón de un patio o incluso colgarla del techo para acentuar tu hogar. No solo estarás orgulloso de tus habilidades como padre de una suculenta, sino que tu suculenta también tendrá un nuevo hogar en una maceta donde prosperar y crecer.
Recuerda que puedes plantar una suculenta en casi cualquier cosa: desde frascos hasta esferas, pasando por botellas de vino e incluso rocas ahuecadas. Deja volar tu imaginación y utiliza los elementos de tu hogar para reciclarlos y reutilizarlos como nuevas macetas para suculentas. Cuidar de una suculenta feliz y saludable es un placer, y la maceta en la que está enraizada es solo una de las muchas decisiones que puedes tomar en tu viaje de colección de suculentas.