Cómo sanar una relación familiar dañada en 10 formas claras

Las relaciones familiares suelen ser inestables. Te encuentras en un conflicto con un miembro de la familia y esto puede llevar a cualquier cosa, desde un período de silencio hasta la eliminación total de ese miembro de la familia.

Su respuesta depende del conflicto y de cómo haya decidido comunicarse con ese miembro de la familia hasta el momento.

¿Cuál es la principal causa de los conflictos familiares?

Los conflictos familiares suelen deberse a una diferencia de opinión o creencia sobre un tema importante.

Aunque seas parte de la misma familia, no siempre estarás de acuerdo con todos los miembros de la familia en un asunto imperativo y a menudo estarás en desacuerdo.

Estos desacuerdos no tienen por qué ser trascendentales, pero a veces explotan y se convierten en algo más grande de lo que los miembros de la familia esperaban. Una discusión que sale mal puede causar una profunda división entre las familias, lo que da como resultado la ruptura de la comunicación y el afecto.

¿Todas las familias tienen problemas?

No existe una sola familia en el mundo que no tenga que enfrentarse a problemas y conflictos de vez en cuando. La diferencia entre las familias es la forma en que deciden responder a los conflictos.

Algunas familias practican límites saludables y habilidades de comunicación que ayudan a sanar los conflictos a medida que surgen.

Algunas familias son fogosas y vivaces; permiten que las emociones tomen el control cuando sale a la luz un problema.

Cada tipo de familia gestiona los conflictos de forma diferente, dependiendo de las generaciones anteriores y de cómo se les enseñó a abordar los problemas. No hay nada intrínsecamente malo en una u otra forma.

Sin embargo, utilizar habilidades de comunicación adecuadas en lugar de actuar desde la emoción fomentará la curación en lugar de relaciones rotas y dañadas.

Si ha experimentado la ruptura de una relación familiar o no está seguro de cómo arreglar las cosas, aquí le ofrecemos algunos consejos.

Cómo sanar una relación familiar dañada de 10 maneras que tienen sentido.

1. Acepta la situación tal como es

Cuando se enfrenta a un conflicto con un familiar, una de las cosas más importantes que puede hacer es aceptar la situación tal como es. Establezca que no está de acuerdo y reconozca que le gustaría solucionar las cosas.

Esto no significa aceptar el conflicto sin tomar medidas. Si desea mejorar la situación y resolver el conflicto, sin duda debe hacerlo. Pero no acepte la situación y resuelva no hacer nada al respecto, a menos que esa sea su respuesta preferida.

Siéntate con tus pensamientos, conéctate a tierra y piensa en la situación tal como es. Date cuenta de que está ahí y presente, y reconoce el hecho de que te gustaría solucionar las cosas.

2. Reconoce el papel que desempeñas

Los conflictos familiares rara vez son unilaterales. Puede que tengas un conflicto con una familia por algo que hayan hecho, pero siempre hay dos versiones de cada historia.

Para poder superar cualquier daño familiar, usted debe darse cuenta de que está involucrado en la situación tanto como el miembro de la familia y aceptar la responsabilidad.

No tienes que ser duro contigo mismo ni juzgarte, sino mirar la situación como un hecho, ser imparcial. Analiza el argumento desde ambos extremos del espectro y comprende que puedes tener un papel tan importante en el conflicto como tu familiar.

3. Ponte en su lugar

En cualquier tipo de conflicto, es muy útil ponerse en el lugar del otro. Ver la situación desde la perspectiva de tu familiar te permitirá ver una opinión diferente desde su punto de vista.

Es fácil apegarse estrictamente a las propias convicciones y culpar al otro miembro de la familia por enojo, dolor o simplemente por terquedad.

Pero una vez que puedas ver la situación a través de sus ojos, verás las cosas de otra manera. Te darás cuenta de cómo pudiste haberles hecho daño, en lugar de centrar tu atención solo en el daño que te causaron.

Ponte en el lugar de tu familiar y permítete una visión de ambos lados de la historia.

4. Comprenda que la curación llevará tiempo.

Por más conveniente que sea, nadie puede agitar una varita mágica y curar todas las heridas entre usted y su familiar. La curación lleva tiempo y la situación debe tratarse con amabilidad y comprensión.

Es posible que usted supere la situación más rápidamente que su familiar y viceversa. Cada persona se recupera de manera diferente a su propio ritmo y se le debe brindar la oportunidad de llegar a la reconciliación en sus propios términos y a su propio ritmo.

Roma no se construyó en un día, así que tampoco esperes que tu conflicto se resuelva de la noche a la mañana.

5. Divida el panorama general en conversaciones manejables

Puede que tenga sentido para usted mantener una conversación maratónica y pasar horas limando asperezas en su relación familiar. Sin embargo, esta táctica es agotadora y desgasta tanto a usted como a su familiar, agotando la energía y la razón a lo largo de la extensa conversación.

No intentes resolver todo de una vez. Eso significa que las conversaciones para sanar tendrán que ocurrir con el tiempo. Dale a ti y al otro miembro de la familia un espacio entre las conversaciones para que puedan reagruparse y recargar energías.

Cada pequeña conversación es un paso hacia la sanación. Reconózcalo como un avance y permita que cada conversación construya otra parte del puente de su relación que está en construcción.

6. Iniciar la comunicación

Iniciar la comunicación demuestra que te preocupas lo suficiente como para dar el primer paso, que te preocupas lo suficiente como para querer resolver la discordia y que estás dispuesto a demostrarlo estableciendo una comunicación abierta.

No seas exigente al respecto, sino ofrece una rama de olivo a tu familiar proponiéndole la oportunidad de dialogar.

No puedes obligar a tu familiar a comunicarse contigo ni tampoco puedes coaccionarlo a resolver algo que no le interesa resolver.

Todo lo que puedes hacer es tomar la iniciativa de abrir el flujo de comunicación y ver hacia dónde fluye.

7. Establecer puntos en común

Cuando hay un conflicto con un familiar, a veces resulta útil aliviar la tensión descubriendo puntos en común. Es posible que usted y el familiar hayan tenido experiencias similares con otro miembro de la familia, o que hayan pasado por los mismos tipos de desafíos y dificultades.

Encuentra aquello que te conecta con tu familiar y aprovecha esa conexión. Recuérdale que ambos son humanos y que ambos han vivido experiencias similares. Son comprensivos el uno con el otro y comprenden los sentimientos y emociones que ambos pueden haber experimentado como resultado de situaciones y circunstancias compartidas.

Los puntos en común generarán confianza. Al resolver el conflicto, utilicen estos puntos en común como un espacio seguro al que regresar cuando ambos necesiten volver a la realidad.

8. Esté dispuesto a escuchar

La resolución de conflictos se basa en saber escuchar. Para sanar una relación familiar dañada, es imprescindible escuchar lo que la otra persona tiene que decir.

Escuchar demuestra respeto y atención, dos cualidades que son significativas y dejan una impresión duradera en la persona que habla. Es importante que sienta que su versión es escuchada y reconocida, no simplemente ignorada sin pensarlo dos veces.

Si realmente desea resolver un conflicto entre usted y un miembro de su familia, debe escuchar atentamente lo que tiene que decir, pensar en sus palabras y hacer todo lo posible por aplicarlas a la situación. Esto le permitirá comprender que hay más de una versión de la historia y le ofrecerá una perspectiva diferente de las cosas.

9. No te pongas a la defensiva

La actitud defensiva en una discusión solo genera un conflicto más profundo. Cuando reaccionas a la defensiva, estás demostrando que estás enojado y que solo te concentras en defenderte a ti mismo y a tu posición en la discusión.

Debes bajar tus defensas, deponer la espada y entrar en la conversación con las manos abiertas y receptivas, la voluntad de escuchar y una mente y un corazón claros.

No permita que la actitud defensiva se apodere de usted. Esto solo obstaculizará el crecimiento entre usted y su familiar y conducirá a más problemas. Ellos sentirán que los está atacando en lugar de intentar encontrar una solución, y esto es lo opuesto a lo que realmente está buscando.

10. Sea asertivo, no agresivo

Hay una diferencia entre ser asertivo y ser agresivo.

Cuando estás en una posición de agresión, atacas a la otra persona. Puedes usar tu ira para insultarla o usar un lenguaje condescendiente, puedes sentirte superior y poderoso sobre la otra persona y puedes sentirte dominante.

Sin embargo, este es un enfoque poco saludable para una conversación que pretende cultivar la curación y la reparación.

Diríjase a su familiar con firmeza, no con agresividad. Ser asertivo significa tener confianza, creer en uno mismo y en las propias opiniones y respetar a la otra persona.

Cuando eres asertivo, expresas tus pensamientos de una manera que el familiar pueda recibir. No les impones tus palabras de manera agresiva, sino que hablas de una manera clara, cortés y segura.

Afirme su postura y su opinión en la conversación con su familiar. Permítale que también lo haga y mantenga el diálogo de esta manera. Esto conducirá a una conversación más pacífica y humilde, en lugar de una agresiva que provoque más daño.

Con estas 10 cosas en mente, podemos abordar con confianza los problemas familiares de una manera que conduzca a la curación y la resolución.

tatted arms holding hands
Foto de Marcelo Chagas en Pexels

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